Vanessa Landete

Hay algo que quería compartir con todos vosotros, y es algo que viví este verano. Una tarde que estaba en la piscina contemplé una escena, que bajo mi punto de vista fue bastante desagradable. Junto a mi había una pareja, un chico y una chica, que no superaban los 18 años. Todo era tan normal, hasta que hubo algo que llamó mi atención. Entre besos apasionados típicos de la época, también había desprecios mutuos y golpes que no eran demasiado normales. El chico, con la mano erguida, golpeaba a la chica en el cuello atizándole golpes secos. Ella se lo reprochaba diciéndole “HP”, “Gipichi” y demás vocablos malsonantes que os podréis imaginar. Además, también le daba palmadas en el pompis dejándolo enrojecido. La sensación que me daba es que a la chica le parecía todo normal. Pues daba a entender que hasta le gustaba. De hecho, ella, ni siquiera se molestaba, le seguía el juego y respondía a todas sus “muestras de cariño”. Hubo un momento en el que me planteé intervenir, p...

Eran aproximadamente las 3 de la madrugada, un martes de feria. Estaba cansada y realmente mi cuerpo era incapaz de bailar una canción más. Mi camino empieza desde los redondeles del recinto ferial de Albacete hasta casa. Un día de entre semana, no hay la misma afluencia de gente que puede haber un finde , y a esas horas evidentemente las calles son tranquilas y solitarias, puede que te encuentres algún que otro sonámbulo que anda un poco a trompicones y haciendo eses, pero nada más. En esos 30 minutos, en los que decidí ir andando a casa, pasaron por mi mente millones de cosas, pero quizás, la que ocupaba casi el 80% de mis pensamientos era el pánico. Pánico, influenciado en mayor parte, por lo que está ocurriendo hoy en día en cualquier parte del mundo: desapariciones, violaciones, secuestros… A cada paso que daba, mi corazón se agitaba cada vez más, por miedo suscitado por la falta de seguridad, por el temor de que esa podía ser la última vez qu...