Aunque estés lejos, hazme sentirte cerca

Llorando como una Magdalena , incluso más, con sollozos, con tristeza, con pena. Así me vi hace unas semanas, un sábado a medio día, montada en el tren Cuenca-Albacete. Un sábado que prometía, en un principio, ser memorable bañado por litros de cerveza y risas varias, y que acabo siendo señalado por una fecha que a nadie le gusta recordar. El viernes deshice todos los planes que tenía para el sábado, y cogí “una muda”, desodorante (que perdí en algún sitio), clines, un libro y los auriculares, y a las 21:00h. me subí en el Ave, dirección Cuenca, por un tema difícil. A mediodía del sábado volví, con un sentimiento de desconsuelo, tras la pérdida de alguien importante de una persona que para mí es importante. Una estampa melancólica, pues en el vagón donde yo viajaba a penas había 4 personas, cada una con su vida, con sus historias y sus propósitos en aquel tren. Mi espíritu masoquista quiso que me pusiera aquella música que era alusiva en cierta manera, a aquellas personas que dej...