Más mayores, más sabios y más gilipollas
¿Dónde quedó el dejarse llevar?¿el tirarse sin paracaídas hacia un precipicio de sentimientos?¿montarse en una montaña rusa con un recorrido incierto, en el cual, no sabes si te va a poner patas arriba y dar 8 vueltas a 200km por hora? (Anhelo) Esas mariposas en el estómago. La idiotez absoluta. El ir a por todas.
¿Dónde ha quedado? Pues te lo digo. En un miedo absoluto a sufrir.
Punto.
Esto viene a la alusión de cuanto más viejos, más arnés nos
ponemos. Más nos cuesta salir de nuestra área de confort sentimental. ¡Ojo! No
todo el mundo, pues siempre hay algún loco/a suicida-camicace por ahí, con los
ojos de corazón. 😍 Que de vez en cuando se siente el
protagonista de una canción romántica.
¿Recordáis cuando nos decía nuestra madre?: “Neeena, llévate
el paraguas que va a llover”. Nosotros, como buenos ilusos-bohemios-soñadores de
la vida, pensando que éramos repelentes de agua de lluvia, que no nos íbamos a mojar, nunca hacíamos
caso. Luego acabábamos empapados y resfriados, y eso ha tenido consecuencias,
por tontos, pues ahora somos nosotros, los que cogemos tantos paraguas que, que a veces cuando los abrimos, nos impiden ver más allá. Barrera.
La edad nos aporta experiencia, y la experiencia es adquirida
por aciertos, pero sobre todo por errores que hemos cometido a lo largo de
nuestras vidas. (Y los que nos quedan…)
En cuanto a sentimientos, probablemente estemos escarmentados
de todas las “hostiejas” que nos han dado. Un desamor, unos cuernos, una
deslealtad, mentiras, en definitiva, mierdas varias.
Y volvemos al tema de siempre. PREJUICIOS. Estos señores que son como los defensas, que se colocan ante el futbolista del equipo contrario que se prepara para tirar una falta, con destino la escuadra, siendo tú el portero, y ahí está esa barrera, para evitar que te vuelvan a meter un gol por todo lo alto. Y... ¿Qué pasa? ¿Qué no nos creemos buenos porteros? ¿Necesitamos una barrera? Evidentemente si lo miramos desde otra perspectiva, la barrera es un refuerzo y nosotros los mejores porteros de la historia.
Quizás los prejuicios sean ese dique que necesitamos para
mantener una estabilidad emocional y que evitan que no nos vuelva a ocurrir algo
por lo que ya hemos pasado.
Indiscutiblemente, no nos volverán a ocurrir exactamente las
mismas cosas, porque siempre habrá matices que lo diferenciarán. Ya que, las
personas somos totalmente diferente, por ejemplo: en la
vida tenemos objetivos diferentes, entornos diferentes y circunstancias
diferentes. Tú nunca serás yo, y viceversa.
Volvamos a lo de saltar sin paracaídas, sin prejuicios. ¿Es
posible? Yo creo que sí, solo se ha de estar preparado, y tener una confianza solida
en uno mismo, que te ayude en creer en ti, que pase lo que pase, tú sabes que tus alas saldrán, porque las tienes. Si piensas que las alas te van a fallar, te
pegas una hostia segura. Pero no te preocupes, porque ya te has pegado otras
20.000 hostias y, no has muerto en el intento, por lo tanto, SALTA, confía en
ti. Total, gilipollas, ya lo somos.
Y sonríe... que últimamente parece que se te ha olvidado.
La canción de la imagen Idolos de Shinova
Buenísima reflexión que me apunto. Felicidades por el Blog
ResponderEliminarNunca dejes de escribir!!! Me quedo dándole vueltas a la cabeza reflexionando sobre lo que he leído. Los saltos siempre son emocionantes😁 Te felicito por tu blog!!!👏👏
ResponderEliminar