7:08 p.m.
Es la sexta vez que lees el mail que recibiste anoche y todavía no sabes que contestar.
Cada vez que lo lees, no puedes evitar morderte el labio inferior mientras rozas las yemas de tus dedos con tu mentón. Lo haces entre coqueta y nerviosa.
Te mueres de ganas de coger tu portátil y teclear las doscientas cosas que te han pasado por la cabeza.
7:15 p.m. Llegas a casa, hoy se te ha hecho mucho más tarde que de costumbre. Pero no te importa, porque tienen algo entre manos que quieres hacer, pero no tienes prisa por ello, porque deseas regocijarte con cada palabra que escribas.
7:30 p.m. Te das una ducha con agua muy caliente mientras le das forma al amasijo de cosas que quieres plasmar.
7:40 p.m. Te pones cómoda, te sientas en el sofá, coges tu portátil y lo colocas sobre tus piernas. Lo enciendes. Reproduces esa canción que no deja de sonar en tu cabeza y que iba adjunta en el mensaje.
Cierras los ojos y la escuchas un par de veces. (See Her Out (Thats Just Life))
Te flipa tanto como a mí esta partida de ajedrez, que empezó con un "gambito". En la que tenemos claro hasta donde llegar para que ninguno se coma la reina del otro, para que no haya jaque mate, para que avancemos con estrategia pero sin final a la vista. Porque hay partidas que deberían ser eternas.
Abres mi correo y sonríes. Es como si te tuviera delante viendo como se te ponen enrojecidos los mofletes, con esa expresión que radia emoción y timidez.
Lo vuelves a leer y antes de terminar la última frase, le das a "responder".
Escribes: "Hola..."
No quieres, en absoluto, que el tono de tu mensaje suene a un "he deseado que llegara este momento durante todo el día". Es por ello que escribes con cierto desdén.
Te imagino sentada en tu sofá. Me encanta pensar en esa sonrisa que se te pone cuando hilas cada palabra para crear frases perfectas, que luego relees y orgullosa de tu buena narrativa hinchas tu pecho como una fregata macho. Frases de esas nuestras, de las de leer entre líneas.
Te gusta ser original. Con todo en general. Pero aún más cuando se trata de escribir. Te gusta que rime tu prosa, y le buscas su propia banda sonora. Hay veces que te marcas un verso, así como que no quiere la cosa.
Fantaseas más de lo que reflejan tus palabras. Lo sé.
Escribir siempre fue tu vía de escape favorita. Te divierte dibujar una ficción gramatical abstracta, solo apta para gente soñadora y un tanto enrevesada. Así somos nosotros.
Terminas el correo con un: "Disfruta de la fruta.
P.D.: Juver Sin Azúcar".
8:01 p.m. Correo enviado.
Sonríe.
=D
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