Querido amigo

Querido amigo: Lo tenías claro. Ya habías dado el paso en tu mente, en tus pensamientos. Lo habías aceptado, habías empezado a pasar página y estabas a punto de empezar un nuevo capítulo, pero la página no la puedes pasar hasta que no lees el último renglón, es más, este renglón aún no está escrito, esas últimas palabras quedarían sentenciadas unos días después. Todavía tenía errores gramaticales que no concordaban y que auguraban un final no feliz. Y así fue, el final no quedó escrito ahí, incluso este episodio no acabaría en ese momento. Ahora ya no lo tenías tan claro, por una parte, bien, por otra, mal. Tu cabeza se ha convertido en una amalgama de pensamientos y sentimientos. Estás raro y no sabes explicar con palabras qué es lo que sucede dentro de tu ser, porque la sensación te oprime el alma. Ya te habías hecho a la idea, pero ahora ya no. Ella se queda, deshace las maletas y vuelve a colocar todas sus cosas en tu espacio. Quizás las cosas materiales no son lo...