7:08 p.m.

7:08 p.m. Es la sexta vez que lees el mail que recibiste anoche y todavía no sabes que contestar. Cada vez que lo lees, no puedes evitar morderte el labio inferior mientras rozas las yemas de tus dedos con tu mentón. Lo haces entre coqueta y nerviosa. Te mueres de ganas de coger tu portátil y teclear las doscientas cosas que te han pasado por la cabeza. 7:15 p.m. Llegas a casa, hoy se te ha hecho mucho más tarde que de costumbre. Pero no te importa, porque tienen algo entre manos que quieres hacer, pero no tienes prisa por ello, porque deseas regocijarte con cada palabra que escribas. 7:30 p.m. Te das una ducha con agua muy caliente mientras le das forma al amasijo de cosas que quieres plasmar. 7:40 p.m. Te pones cómoda, te sientas en el sofá, coges tu portátil y lo colocas sobre tus piernas. Lo enciendes. Reproduces esa canción que no deja de sonar en tu cabeza y que iba adjunta en el mensaje. Cierras los ojos y la escuchas un par de veces. ( See Her Out (Thats Just Life) ) Te flipa t...